LA VENGANZA UN VENENO VORAZ QUE CARCOME LOS HUESOS
La venganza: un sentimiento de pérdida de la integridad
Existen diferentes tipos de venganza según las causas que hayan provocado el daño sufrido.
La palabra "venganza" deriva de "vengar", que proviene del latín vindicare/vindicar (que supone el atribuirse la remuneración o pago por una ofensa o daño).
Podemos hacer su radicación de esta manera:
la palabra con vindex, vindic (vengador, el que actúa con fuerza) compuesta de la palabra vis (fuerza), de donde tenemos violar y violencia.
Se asocia con la palabra del indoeuropeo *weis (perseguir algo con vigor). El DRAE define esta emoción como la satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.
Podemos conceptualizar la venganza como un daño material o moral, de diversa gravedad, que es infligido privada o públicamente a otros en satisfacción de una ofensa recibida, de un daño sufrido o para restañar viejos rencores.
La idea de rivalizar, de hacer justicia, de dañar al otro de la misma manera o más de lo que nos ha herido es tanto más fuerte cuanto más intensa es la percepción de la ofensa sufrida y corresponde a un sentimiento de pérdida de integridad.
La venganza es un sentimiento reactivo, que sufre la incapacidad de olvidar y dejar que el presente cierre las heridas causadas por las ofensas del pasado.
Parece que el tiempo no ayuda para que se deje de lanzar reproches contra el ofensor y se reavivan los recuerdos de dolor.
De aquí nacen la frustración y el resentimiento, base de la sed de venganza. Lo más peligroso en el ser humano resentido no es su rabia, sino su voluntad despreciativa, su pasión por reavivar en la conciencia el dolor de la ofensa para recriminársela a su ofensor, y el deseo inextinguible de hacerle pagar su deuda.
El no poder satisfacer inmediatamente el impulso de venganza engendra una rabia impotente, alimentada por la idea obsesiva del resentimiento.
Existen diferentes tipos de venganza según las causas que hayan provocado el daño sufrido. Así, podemos contemplar:
La venganza por el sufrimiento:
el sujeto ha sufrido, ya sea por razones reales o sufridas por experiencias pasadas similares, y quiere hacer sentir la misma sensación a quien lo ha hecho sufrir.
La venganza por errores sufridos:
el sujeto se siente tratado peor de lo que cree merecer y piensa en pagar con la misma moneda.
La venganza por honor:
el honor del sujeto se ha visto afectado de manera intencionada y pretende demostrar que para él es algo intolerable.
la venganza psicótica:
el sujeto ha sufrido una o más de las situaciones a lo largo de su vida y tiende a pagarlo con cualquiera, ya que cree que todas las personas son iguales.
El deseo de venganza puede ser considerado como una emoción que forma parte de nuestros impulsos más básicos, la idea obsesiva de vengarse, por el contrario, es un aspecto De trastorno del que hay que intentar liberarse.
Así, el resentimiento por una injusticia sufrida puede obsesionar a una persona y puede durar mucho tiempo, aunque haya acontecido el hecho años atrás.
La venganza no estimula emociones positivas en las personas que la quieren llevar a cabo, más bien, estimula emociones negativas provocadas por el daño sufrido como la ira o el resentimiento.
El proceso de la venganza se inicia con el dolor.
La venganza siempre viene causada por un daño provocado por otra persona. Posteriormente aparece la ira hacia esa persona que ha causado el sufrimiento. La ira tiene un objetivo claro, infligir el mismo sufrimiento que ha causado esa persona.
Existe la tendencia a creer que la venganza alivia, repara el daño o calma estas emociones desagradables, cuando en realidad se consigue totalmente lo opuesto.
A través de la violencia es difícil reparar el daño.
La forma realmente sana sería a través de la justicia, de una forma legal, aunque este ámbito no siempre acompaña a las necesidades de cada persona.
Opciones para evitar conductas vengativas
Principales factores que nos protegen de satisfacer los deseos de venganza:
Racionalizar:
esta capacidad se difumina ante emociones muy intensas.
Por ello, es importante hacer una buena gestión de la ira y del dolor inicial.
La razón analiza la situación, las causas y las consecuencias de los actos propios y los de los demás. Tener un pensamiento más flexible y tolerante ayuda a entender, aceptar y superar la agresión sufrida y, por tanto, a disminuir el deseo de venganza.
Control de impulsos:
la capacidad para controlar los impulsos es importante.
Si la persona es más impulsiva, más difícil le resultará llegar a un proceso sano para gestionar sus emociones de una forma no violenta.
Gestión emocional:
la clave reside en gestionar las emociones del dolor y la ira de forma adaptativa y no violenta, sin herir a nadie.
Se trata de focalizar esa ira a través del ejercicio físico,
por ejemplo. A medida que la ira disminuye va tomando protagonismo otras emociones como el miedo a las posibles consecuencias de llevar a cabo la venganza.
Aceptación del daño:
se trata de no quedar atrapados en la negación de la perdida o el dolor. El rencor aparece cuando esa ira no ha sido resuelta y no se ha podido aceptar el daño y la voluntad de avanzar. La persona se queda estancada en el daño y no es capaz de olvidar y perdonar.
El rencor genera un sufrimiento constante que aumenta la inseguridad de la persona que lo sufre.
Empatía:
se trata de ponerse en el lugar del otro. Nos ayuda a entender y aceptar cómo se produce nuestro dolor y las consecuencias que podría tener la venganza, tanto para nosotros, como para el agresor. Esta capacidad no se desarrolla de la misma forma en todas las personas.
Perdonar, es auténticamente la Puerta a la libertad.
Perdonar no sólo significa liberarse de ese dolor que se lleva dentro por el daño sufrido, también, a veces, puede indicar un acercamiento a la persona que ha cometido el daño.
No poder perdonar significa no dejar ir ese sufrimiento que provoca la ira y del rencor.
CITAS BIBLICAS PARA REFLEXIONAR
Romanos 12:19
"No se venguen ustedes mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de YAHWEH; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice YAHWEH".
Proverbios 20:22
"No digas: «¡Te pagaré por este mal!» Espera en YAHWEH, y él te vengará".
Deuteronomio 32:35
"Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura".
Salmos 94:1-7
"YAHWEH, Amo de las venganzas, muéstrate.
Engrandécete, oh Juez de la tierra; Da el pago a los soberbios".
En la Palabra, se dice que Como creyentes no deben buscar la venganza, sino dejar que YAHWEH se encargue de castigar a los malvados.
Romanos 12:19-21
No tomen venganza, queridos hermanos, sino dejen el castigo en las manos de YAHWEH, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré»