Buscar este blog

miércoles, 23 de enero de 2019

EL BUEN SEMBRADO TRAE BUEN FRUTO

 EL BUEN SEMBRADO TRAE BUEN FRUTO

Amados hermanos en la dispersión, hablaremos de como debemos ser buenos sembradores, y que cultivamos a medida que sembramos,  ¿es lo que decidimos vivir amando lo que cosechamos?. pues esa es la pregunta crucial, No olvidemos hay tiempo para cosechar lo bueno y desechar lo malo, EN NUESTRA VIDA ESPIRITUAL HABLANDO, ES SEPARAR LA CIZAÑA DEL TRIGO.

El crecimiento personal depende del acto propio de uno mismo que practica en su diario vivir, lo que conlleva a demostrar el rasgo de un ambiente de ejemplos, sean estos malo o buenos y de valores que puede ayudar a que el futuro de sus hijos y las personas que lo rodeen, ya sea en el entorno familiar, o social, dependiendo de que hemos cosechado, se vean afectados o beneficiados negativamente o positivamente en sus procesos de crecimiento.

Es bueno saber cultivar cualidades actitudes en los que amas. esto depende del esfuerzo que realices.

¿COMO Y QUE CULTIVAMOS?

Sabemos que el sembrador cultiva con las expectativas de alcanzar buenos logros. De modo que para lograrlo es necesario llevar en cuenta todos los detalles que garantizan una buena cosecha.

Conocemos quienes han logrado buenas cosechas porque las condiciones fueron propicias, pero por sobre todo, porque no desatendieron ningún detalle para que todo salga bien.

El sembrador sabe que la semilla que no se siembra no produce fruto.
¿Pero sabemos realmente que estamos sembrando?

Un sembrador debe sembrar siendo conciente de que junto a su semilla puede crecer la mala hierba. y debe estar atento en desraizarla cuando esta aparece. esto es sabido que aunque sembremos con  buenas manos las malas hierbas siempre aparecen, A lo que haciendo alusión a nuestras vidas espiritual, nos habla de lo que sembramos en nuestros corazones aun siendo esta de buenas intenciones y llena del espíritu de YAHWEH, hay alguien detrás tratando de arruinar ese buen caminar con YAHWEH, ten cuidado y estate atento cuidando y velando tu sembrado.

El Sembrador esta confiado en YAHWEH, pero es responsable en el cuidado de su cultivo. Su esperanza es DILIGENTE y PRUDENTE.

LO IMPORTANTE DEL BUEN SEMBRADO.

En el entorno familiar, los primeros en ser alcanzados por las cosechas que tu das, son tus hijos, no obstante a pesar de que tus hijos estén capacitados para formar el tipo de carácter que anhelen, si tu ATENCIÓN Y CUIDADO no otorgan una buena semilla, ellos perderán la oportunidad de escoger una vida sana que los haga prosperar en el buen camino.

Es importante sembrar buenos sentimientos en los corazónes de nuestros hijos, de no ser así vendrán otros a sembrar en ellos sus semillas.

Tengamos cuidado mucho mas aun en tiempos angustiosos donde el deborador esta asechando para hacer caer a cualquier hijo de YAHWEH, hay muchos perversos que buscan ganar el corazón de nuestros hijos con puras cosas inmundas; ejemplo en la tv, la moda, los amigos, la violencia, la música, el tiempo libre, lo religioso, la cultura, la droga, etc.

ESTEMOS ATENTO DE LO QUE SEMBRAMOS PARA NOSOTROS, POR ES LO QUE SEMBRAREMOS PARA NUESTROS HIJOS Y QUIENES NOS RODEEN

Las semillas que sembramos en el corazón de nuestros hijos germinarán y darán frutos: buenos o malos dependiendo de que hemos cosechado en nuestras vidas.

Ejemplos de un mal sembrado en nuestros hijos son:
rebeldias, poco , colaboradores,  irresponsables, deshordenados, desobedientes, mal educado, irrepetuosos, etc

Ejemplo de un buen sembrado son:
 respetuosos responsables, con buen rendimiento normativo, obedientes, disciplinados, con autoestima, emprendedores, ordenados,

Tomemos en cuenta que somos responsables de la formación del carácter de nuestros hijos; porque sembramos una semilla no muy buena, o bien porque  dejamos que otras personas la siembren y esto no pasa solo por persona ajenas  a nuestros hijos, sino dentro de nuestra misma casa, y uno de estos mal educadores son justamente todo los que hemos mencionado arriba, moda, tv, música, y todo tipo de mal enseñanza que el mundo de satán nos regala con el simple hecho de escuchar, mirar, desear y acabar por practicarlo.

¿Porque se da consejo con los hijos? aun así mucho no sean papás,  porque si hoy en día estamos como estamos con una sociedad mal educada y  maliciosa, es porque han sembrado en los corazones de cada pequenitos una semilla mala, porque la siembra que han producido en aquellos no fue buena en su propia vida, la que ha hecho que pase a sus hijos y asi sucesivamente. Cultiva en tus hijos los mejores valores, sus corazones son el terreno, donde debes practicar la siembra. La cosecha será principalmente el amor, felicidad en la abundancia del corazón, bienestar y satisfacción por la vida sana.

 Proverbios 22:6
Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.

No nos enfoquemos mas en las necesidades física y materialismo, sino a cultivar los sentimientos y la riqueza espiritual, no sirve de nada formar a un hijo con mejores lujos, ropa, comida, entretenimiento que sastifacen su necesidad en el alma, pero en su corazón no a cosechado el amor, ni el valor por la vida y el hacer el bien tanto para el como para los demás.

En el clamor de los que buscan mejores condiciones de trato y dignidad está la voluntad de YAHWEH.

El corazón de los hijos es el terreno donde se cultivan valores.

Cuando planeamos tener un hijo, lo ideal y correcto, seria cultivar en ellos buenas cosas, sembrar en ellos la semilla de buenos valores.

El rechazo de los hijos antes de que nazcan, desencadena sentimientos de culpa o frustración, que marcan el tipo de cultivo.

Amar a los hijos es posibilitar un diálogo que se realiza de corazón a corazón. Es la preparación del terreno para la siembra.

los padre, son el fruto de la primera semilla que junto presentaron a YAHWEH para que se realizara EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA VIDA.

No destruyas el buen terreno de tus hijos.

Este es el único terreno que no necesitas preparar con el rastrillo, la limpieza de malezas. YAHWEH te lo entregó limpio, a su Imagen y Semejanza.

LA SEMILLA DEL AMOR DE YAHWEH.

El amor de YAHWEH se siembra principalmente por el ejemplo de una vida en amistad con El, es decir: testimonio, confianza y continua referencia a su Palabra, fe y solidaridad con los más necesitados

El amor a YAHWEH se transmite con sencillez, reconociendo que El hace la obra en el corazón.

El corazón del hombre es el lugar del encuentro con YAHWEH. Cuando nos encontramos con El, nos invita a salir de nosotros (yo interior) para entregarnos a los demás sin ningún interés egoísta.

El amor de YAHWEH te lleva a ser mejor en todo sentido.

YAHWEH restaura y santifica, nunca castiga o, humilla. Que tus hijos experimenten a YAHWEH en el interior, lo sientan vivo, capaz de orientar y manifestar su acción, de salvación y amor en ellos.

YAHWEH nos escucha. Su respuesta es oportuna y eficaz. La confianza en El permite toda acción gratuita a nuestro favor.

Tus proyectos deben ir enfocados a la voluntad de YAHWEH: Con la voluntad de YAHWEH lo hacemos todo. Los hijos que escuchan en sus padres palabras de amor a YAHWEH van despertando  GRAN IMPORTANCIA POR LO ESPIRITUAL.

Procura orar en familia para que tus hijos, para que reciban el hermoso alimento espiritual. Si YAHWEH logra entrar en el corazón de los hijos, la tarea del Sembrador se hace MAS FACIL.

Las mejores semillas germinan en los terrenos bendecidos por YAHWEH, y los frutos llegan a su tiempo.

LA SEMILLA DEL AMOR A LOS PADRES.

Generalmente los padres consideran que sus hijos están obligados a amarlos por el vínculo paternal. Esto no es así. La comprabacion de desamor de los hijos hacia los padres, revela que el amor se debe sembrar.

El amor es una respuesta que nace en lo más profundo de hombre, motivada por gestos concretos de respeto, aprecio, ayuda, confianza y dedicación. Cuando los padres maltratan a sus hijos, física o psicológicamente, el amor no es la respuesta natural. La única razón para ejercer autoridad sobre los hijos debe ser para brindarles protección.

Se castiga cuando los hijos se nos "salen de las manos", perdemos la capacidad de persuasión y las órdenes o palabras ya no tienen la autoridad suficiente para ser obedecidas. El amor que sienten los hijos por sus padres no nace de forma espontánea, es un proceso consciente.

Muchos padres prestan mayor atención en construir buenas relaciones fuera de la familia, comprometiendo el propio hogar. Fuera de casa, con los vecinos, son amables, respetuosos y hasta de buen humor, pero con su pareja e hijos, todo lo contrario. Ellos creen que es la forma de no perder autoridad. ¡Que idiotez!

Toda autoridad se fortalece con gestos de aprecio y estima. Es importante que se valore a las personas por lo que son, reconociendo sus cualidades. Existen padres que solo se dedican a mirar los defectos de sus hijos, pero nunca sus buenas acciones. Los errores deben ayudarnos a crecer. Estos no deben convertirse en un peso que nos ata al pasado y no nos permite avanzar hacia un futuro mejor.

No olvides que la autoestima es uno de los valores que más contribuyen a la formación de una personalidad emprendedora.

Los hijos aman a sus padres porque sienten que ellos los ayudan. El Sembrador dedica mucho tiempo a sus hijos. Ayuda es sinónimo de apoyo. El hijo que no se siente apoyado de sus padres, no siente amor por ellos. El Sembrador conoce perfectamente este principio y comparte con sus hijos los momentos más importantes para ellos.

Muchos adultos consideran que no son "alguien" en la vida, porque no tuvieron el apoyo de sus padres.

El Sembrador apoya las ideas y sueños de sus hijos. No les corta las alas antes de que ellos intenten volar. Los anima constantemente para que sean personas de bien. Sus propios fracasos les ayudan a crecer.

Los hijos sobre protegidos tratan mal a sus padres.
Si sus padres "nunca les llamaron la atención" ahora, que están más grandes, no aceptan la autoridad de nadie. Este tipo de personalidad tiene poca capacidad para vivir en sana convivencia social.

La sobre protección también genera personalidades sumisas e incapaces de realizar cambios importantes en la vida. No se desprenden de las seguridades. Cuando se chocan con situaciones nuevas buscan sus vínculos para decidir. Son personas que les queda difícil triunfar en la vida. Otros son los que piensan por ellos. Continuamente están buscando en sus jefes o personas cercanas la figura paterna o materna sobre protectora.El Sembrador tiene en cuenta estos principios en la formación de sus hijos.

La confianza es el cuarto componente que deriva del amor a los padres. El amor de los hijos hacia los padres se hace evidente sólo en forma de confianza. No creas que tus hijos te aman cuando no tienen confianza en ti.

El Sembrador siembra confianza en sus hijos porque cree en ellos. Esta credibilidad es recíproca. En esto radica la clave de la confianza.

Los hijos que no creen en sus padres, porque en algún momento les fallaron, no confían en ellos. Muchos padres todavía "no entienden" por qué sus hijos "escapan" de la casa.

El Sembrador entrega en manos de YAHWEH el cuidado de sus hijos, pero al mismo tiempo dedica su atención en forma silenciosa y constante. Una acción dice más que cien palabras.

LA SEMILLA DE LA RESPONSABILIDAD

Responsabilidad significa actuar correctamente, sin ninguna presión exterior.

Es decir que ¿el ejercicio de la libertad es fuente de responsabilidad?

Una acción personal es sujeto de responsabilidad en cuanto se vincula al ejercicio pleno de la libertad. Esto no quiere decir que toda acción libre es de hecho responsable. Todos sabemos que existen muchas acciones irresponsables actuadas desde el ejercicio pleno de la libertad.

Ser responsable de los actos es diferente a ser responsable en los actos. El primero hace referencia a la libertad, el segundo a la conciencia bien enfocada.

Es necesario que los valores familiares y las normas de la sociedad penetren la conciencia de las personas para que sus actos sean responsables y no simplemente libres.

Actuar en conciencia es actuar responsablemente.

La tarea del Sembrador penetra los niveles más profundos de la conciencia. Provoca cambios significativos en la vida de sus hijos. Sus enseñanzas forman la personalidad más razonable de la identidad de sus hijos.

La responsabilidad que tienen los hijos es consecuencia del trabajo realizado en ellos. Si un padre es mediocre, probablemente también sus hijos.

La primera enseñanza que el Sembrador da a sus hijos, para fortalecer la responsabilidad, es enfocar la atención a todo lo que comporta el rol o papel que se debe ejercer en las posibilidades de interacción humana: en la familia, como hijo; en la escuela, como estudiante; en la comunidad, como ciudadano; en la calle; en los asuntos de amigos, como amigo; en los asuntos de una relación, como persona respetuosa; etc. En cada contexto de convivencia existen principios que definen la responsabilidad.

La semilla de la responsabilidad se fortalece en el ejercicio correcto del ser y actuar ajustados a los roles que debemos desempeñar en los espacios de interacción humana.

Debemos ser responsables por convencimiento, mas no porque estamos obligados por un marco normativo o presión.

El Sembrador no ejerce presión para que sus hijos cumplan los deberes. Su trabajo lo hace en el corazón.

El éxito de esta semilla radica en la atención que el Sembrador dedica a la enseñanza de sus hijos. Sus órdenes son firmes y no se salen de los acuerdos o principios generales manejados en familia. La obediencia o cumplimiento no se hace esperar.

Si los hijos no obedecen a sus padres la tarea de cultivar buenas virtudes en ellos está descuidada.

La responsabilidad de los actos comporta aún otro elemento muy importante: el análisis de las consecuencias.

Cuando no se mide suficientemente las consecuencias, los actos pierden el carácter de responsabilidad.

El Sembrador usa la persuasión con fines educativos. Su interés es evitar situaciones de frustración y de dolor.

LA SEMILLA DE LA SINCERIDAD.

Decir la verdad con tranquilidad

La sinceridad es una semilla que no se puede descuidar. Para que crezca es necesario sembrarla. Muchos padres de familia no entienden por qué mienten sus hijos. La mentira está presente en casi todas las personas. Es una estrategia para quedar bien ocultando la verdad. En esto consiste la verdadera causa de la mentira. Se evade las consecuencias de olvidos o irresponsabilidades.

La mentira encubre una verdad acusadora.
La mentira es el atajo que justifica toda ausencia de verdad. El objetivo es evadir sanciones.

Toda justificación que utilice mentiras, compromete la verdad, la honestidad, la transparencia y la sinceridad de la persona.

A muchos les cuesta aceptar que se equivocan o que faltan a sus compromisos o palabra dada.

No te comprometas cuando no puedas cumplir.
Por la sinceridad se mide el nivel de crecimiento y madurez personal.
La sinceridad no es solo cuestión de decir las cosas "tal y como son". Es ante todo un estilo de vida, una forma de actuar éticamente.
Por medio de las actitudes expresamos lo que sentimos o creemos.
La práctica de la sinceridad nos hace crecer como personas.

La mentira provoca adicción.
Es necesario realizar un compromiso diario para eliminarla de nuestra vida. De lo contrario ella nos acompañará hasta los últimos días de nuestra existencia.

Sinceridad es decir la verdad con caridad. No se trata de utilizar la verdad para destruir la dignidad de los demás. Muchas personas, cuando tienen la verdad, la utilizan para lastimar y ganar ventaja sobre los demás. Si una persona se equivoca, que cargue con las consecuencias.

Muchos son especialistas en divulgar a cuatro vientos los desaciertos ajenos. Esto no debe ser así, ni siquiera en presencia de los afectados. Si somos valientes para decir las cosas de frente, procuremos no lastimar a nadie.

La sinceridad es un valor que se debe aplicar al ámbito personal. Es necesario empezar siendo sinceros con nosotros mismos. Podemos engañar a los demás, pero a nosotros no. Es preciso manifestarnos a los demás como somos. Mostrar una cualidad que no es la nuestra, rápidamente nos delata. Para ser auténtico es preciso fortalecer las cualidades personales con esfuerzo y dedicación diaria, sin ostentar capacidades que no tenemos.

El Sembrador dedica mucho tiempo al cultivo de esta semilla. Por medio del amor y la ternura, sus hijos aprenden a quererse. Esta enseñanza evita que construyan falsas imágenes de su identidad personal.

LA SEMILLA DE LA HONESTIDAD

Honestidad es sinónimo de justicia, sinceridad o rectitud.
La práctica de la honestidad manifiesta el respeto que se tiene por las demás personas.

Honestidad es sinónimo de "juego limpio". Nada de trampas o "jugadas sucias" para alcanzar buenos resultados.

Quien engaña para alcanzar beneficios de otro, violenta su dignidad y pierde una posible ayuda en el futuro. No hay peor ofensa que engañar. El que engaña cierra las puertas de la solidaridad y la justicia.

El Sembrador cultiva en el corazón de sus hijos la honestidad.
El Sembrador enseña que todo tiene su costo y que los bienes materiales se consiguen con dedicación y trabajo. Esta enseñanza fortalece la semilla de la honestidad. No hay espacio para tejer de forma fraudulenta ningún beneficio personal.

Quien considera los costos del éxito y está dispuesto a pagarlos no se deja contaminar por seducciones deshonestas.

Dedicación, tenacidad, constancia, esfuerzo y sacrificio son los costos del éxito.

La deshonestidad, corrupción, manejo de influencias, injusticia e hipocresía, son artimañas para alcanzar beneficios egoístas. El engaño es el modo operante de la deshonestidad.

El Sembrador, cuando siembra la semilla del respeto, garantiza comportamientos honestos y juego limpio en el logro de objetivos.

Por otra parte, se burla a las personas o las Leyes, porque otros se consideran más inteligentes. Entonces, se viola todo tipo de autoridad: de los padres, de la comunidad, del estado. La persona que utiliza trampas para alcanzar sus objetivos, se considera más inteligente que los que son burlados. La astucia y sagacidad cobran especial significado en el escenario de la deshonestidad.

La honestidad es cuestión de identidad personal, de criterios y principios éticos sólidos. Es cuestión de formación. La honestidad revela calidad humana en las personas. No puedo decir que soy honesto y transparente, cuando mi vida demuestre lo contrario.
Las ventajas egoístas que se obtienen burlando a los demás, motivan todo tipo de artimañas deshonestas.

La persona que obtiene beneficios de forma fraudulenta no los disfruta, en su mente acecha el temor a ser descubierta. El temor es fuente de infelicidad.

La persona que vive honestamente es más saludable y feliz. Su honestidad le permite vivir con mayor libertad, sin nerviosismos para mostrarse a los demás.

Los deshonestos tienden a ocultarse, no dan la cara. Su conciencia los acusa. Son personas infelices. ¿De qué sirve tener riquezas, si no se las puede disfrutar?

LA SEMILLA DE LA SOLIDARIDAD.

Esta semilla es muy importante para la convivencia social. Permite manifestar la riqueza espiritual y humana del individuo y la sociedad.

La solidaridad es resume el gran amor que es lo que YAHWEH quiere de su pueblo porque YAHWEH es Amor.

Cultivarla es permitir que YAHWEH continúe su obra Redentora. El amor y la misericordia de YAHWEH se manifiestan por la solidaridad de los hombres.

Solidaridad es sentir el dolor ajeno como propio para salir de si mismo y generar un proceso de dignificación en favor de las personas que se encuentran en situaciones que comprometen el desarrollo de su vida en condiciones dignas. La mirada solidaria brota del corazón, permite sentir el dolor ajeno como propio. La solidaridad nos saca de la indiferencia siempre que percibimos el dolor de los demás.

Quien cierra los ojos al dolor ajeno no permite que en su corazón nazca esta semilla.

Debemos mirar el dolor de los demás, no para criticar su situación deshumanizante e identificar culpables, sino sobre todo, para ofrecer nuestro apoyo solidarios La compasión mueve al compromiso para ayudar a los semejantes que se encuentran en condiciones malas.
La compasión no es suficiente sin el toque interno que nos mueve a entrar en contacto con las personas que sufren, para ayudarlas.
Casi siempre somos rápidos para identificar el dolor ajeno, no así para brindar una mano de apoyo. Si nos acercamos a la persona caída debe ser para levantarla.

El acercamiento del curioso no está movido por la solidaridad.

Despojarse de privilegios y comodidades. Para ser solidarios debemos estar dispuestos a incomodarnos y renunciar a los privilegios adquiridos. Casi nunca ayudamos a los demás para no incomodarnos o perder privilegios alcanzados. El dinero cuesta adquirirlo y, por lo tanto, no lo soltamos fácilmente.

Cuando se ayuda a una persona se corre el riesgo de salir afectado. La solidaridad es un proceso que nunca termina. La solidaridad se contagia.

Cuando alguien está dispuesto a colaborar compartiendo lo poco que tiene, mueve a los demás a hacer lo mismo. Alguien debe dar el primer paso en el proceso de la solidaridad. Nunca se sentirá solo quien realice un gesto de solidaridad por una persona necesitada.

Es hora de revisar qué tipo de semilla se está sembrando. ¿Será que nuestra semilla no es la mejor?

Es necesario realizar una selección de la semilla. Desechar las costumbres que producen mala semilla. La familia es el semillero que contiene los valores a cultivar.

Si la familia no ofrece una buena semilla, ¿Qué podemos esperar de nuestros hijos? Si ellos son así, nosotros tenemos mucho que ver en esto. La familia debe dedicar más tiempo en el mejoramiento de su semilla.

El Sembrador sabe que su tarea no termina en la siembra de la semilla. Se necesita mucho cuidado para que la semillita desarrolle adecuadamente. El cuidado básico consiste en aplicar nutrientes apropiados y en forma oportuna. El Sembrador solo usa nutrientes orgánicos.

Los principales nutrientes en el cultivo de valores son:
Buen ejemplo. Tiempo dedicado a los hijos. Ternura-afecto-amor. Diálogo. Confianza. Perdón. Apoyo

Estos nutrientes orgánicos permiten que la semilla tenga un buen desarrollo.

El ejemplo de la familia es el principal abono para fortalecer los valores sembrados. Cuando este abono no se aplica, la semilla casi siempre se pierde.

Las principales malas hierbas que atacan el cultivo de valores en el corazón de los hijos son:

Malas compañías, Irresponsabilidad. Mal humorado. Egoísmo. Vagancia. Mentira. Indisciplina.

No dejes que tus hijos cosechen estas cualidades que hoy mantiene al mundo sin amor y separado.



No hay comentarios: